Lo habré pensado cientos de veces, y cada vez estoy más convencida de que soy psicóloga por vocación. Desde pequeña, aproximadamente desde que tenía 13 o 14 años, supe que quería ser psicóloga.
Luché, me esforcé como la que más y esta dedicación dio sus frutos: me licencié en Psicología por la Universidad de Valencia. Continué mi formación para aumentar mis conocimientos en otros ámbitos de la psicología, por eso realicé un Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad Jaume I de Castellón y otro en Psicología Clínica en el Centro de Terapia de Conducta de Valencia.
Siempre le he dado mucha importancia a la formación porque, en mi opinión, un profesional nunca debe dejar de formarse. Por eso, realicé un Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad Jaume I de Castellón y otro en Psicología Clínica en el Centro de Terapia de Conducta de Valencia.
Me gusta lo que hago, me gusta ayudar a las personas a resolver sus problemas emocionales dotándoles de diferentes herramientas con las que poder solucionar el sufrimiento y malestar que experimentan y que no saben gestionar.
Para mí es muy importante ofrecer una atención personalizada porque cada persona es diferente y, en consecuencia, necesita un tratamiento concreto. Una evaluación inicial analiza cuál es el problema que presenta y, a partir de ahí, considero cuáles son las herramientas que la persona necesita para solucionarlo.
La terapia irá dirigida a enseñar y consolidar esas habilidades, estrategias y técnicas concretas que son necesarias para poner fin a ese malestar.